“Géigel presenta cuerpos de mujeres que son y que existen como sujetos más que como imágenes.”

Publicado originalmente como crítica radial para la edición matutina de Hoy en las Noticias, espacio informativo de Radio Universidad de Puerto Rico el 17 de julio de 2017.

Luisa Geigel
Luisa Géigel, Estudio de desnudo, 1939.

 

El pasado 28 de febrero, inauguró en el Museo de Arte del Recinto Universitario de Mayagüez, la exhibición titulada Luisa Géigel Brunet: una artista completa. Curada por la Dra. Yamila Azize y exhibida por varios meses en el Museo y Centro de Estudios Humanísticos Dra. Josefina Camacho de la Nuez en Caguas, la muestra reúne en un mismo espacio un total de 75 piezas de la obra pictórica y escultórica de Luisa Géigel, a quien la prensa y la crítica de arte del 1939 identificara como “una revelación en nuestro mundo artístico”. Esta exhibición cumple de manera eficaz la tarea de desempolvar y visibilizar un cuerpo de trabajo plástico de envergadura que, muy a pesar de que es parte de importantes colecciones públicas, se mantiene en los depósitos de conservación y no se exhibe con la regularidad. Sin embargo, podemos decir que la exhibición cumple una función mucho más importante aún, y es que desde el ensayo curatorial, la Dra. Azize devela y discute la estigmatización que pesa discursivamente sobre la obra de Géigel y sobre su imagen como mujer y como artista.

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Luisa Géigel. “Sin Título [Desnudo]”, 1938

 

Según la Dra. Azize,  a pesar de que la prensa de la época reconociera con insistencia el valor de la producción de Luisa Géigel, los señalamientos que se han repetido una y otra vez y que hacen mella en nuestra memoria, insisten en que su obra fue escandalosamente incomprendida, rechazada y censurada. En su revisión historiográfica, Azize señala con indignación el cómo lo que parece ser un rumor ha sido insistentemente repetido en catálogos, investigaciones académicas y manuscritos importantes, haciéndonos pensar que las exhibiciones individuales de Luisa Géigel de los años 1939 y 1940 celebradas en el Ateneo Puertorriqueño y en el Casino de Puerto Rico, fueron clausuradas debido a la presencia del desnudo femenino como tema principal. Peor aún, la Dra. Azize saca a la luz el cómo la técnica de Géigel fue descrita por cierto crítico de arte como “varonil” y cómo su manera de actuar y de vestir, implicó un cuestionamiento de su ser y, por consecuencia, una invalidación de su producción y de su valor como creadora.

Durante demasiados años, hemos mirado la obra de Géigel desde valoraciones y prejuicios patriarcales que la propia historia del arte nos ha legado, y que han minimizado el análisis de las aportaciones de ésta al desarrollo de nuestra historia del arte. Durante demasiados años, la hemos marginado haciendo de su nombre un sinónimo de la censura, en lugar de hacer de su nombre un sinónimo de valor. Peor aún, sus desnudos han sido analizados desde los prejuicios que puede generar el construirse a sí misma como una mujer artista, como una generadora de representaciones, buscando desde conjeturas relacionadas a su sexualidad soluciones a preguntas que nuestra mirada poco crítica ha generalizado.

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Desde mi perspectiva, los desnudos, retratos y autorretratos que nos invita Géigel a mirar, trascienden el discurso que ha dominado el cuerpo de la mujer en la historia del arte occidental. Los desnudos de Géigel muestran mujeres con personalidad y en armonía con sus cuerpos. De mujer desnudada, conscientemente mirada y deseada como tema recurrente en el arte, Géigel presenta cuerpos de mujeres que son y que existen como sujetos más que como imágenes. Mujeres con cuerpo en lugar de cuerpos de mujeres. Mujeres con cuerpo que miran en ocasiones fijamente al espectador o mujeres con cuerpo que en ocasiones le ignoran.

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Luisa Géigel, Autorretrato, 1939.

 

 

Y es que es posible que, para Géigel, el espectador ideal no era un ente reducido a la masculinidad que suele dominar el punto de vista bajo el cual nos hemos educado. Y es este detalle lo que muy bien podría considerarse como su gran aportación a la historia del arte de Puerto Rico. Según la feminista y teórica de la cultura visual Bell Hooks, la mirada como un ejercicio crítico y oposicional tiene el potencial de convertirse en un espacio de resistencia, una herramienta de liberación para los sujetos marginados y colonizados. Desde esta perspectiva, en el caso de Géigel, la generación de representaciones que contribuyen a cuestionar la homogeneización de la mirada, se transforma -como acto creativo- no sólo en un espacio de resistencia, sino además, en un espacio de cuestionamiento, de transgresión y de insubordinación.

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La exhibición Luisa Géigel Brunet: una artista completa estará en el Museo de Arte del Recinto Universitario de Mayagüez hasta el próximo mes de noviembre del presente año 2017.

Para Hoy en las Noticias, en crítica de arte, Raquel Torres Arzola.

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